martes, 4 de julio de 2017

Escenas Míticas: 2ª Guerra Mundial - Salvar al soldado Ryan




   Que mejor motivo que una película de Christopher Nolan, que esta vez se adentra en la segunda guerra mundial con el estreno de “Dunkerque”, para repasar unas cuantas sobre esta temática. Nos centraremos en las más contemporáneas porque la relación de títulos relacionados es tremendamente extensa. Quizá en otra ocasión vayamos con las clásicas.




   Y acerca de este tema, este film es uno de los mejores de la historia del cine, uno de esos que marcan un punto de inflexión en el género, en este caso, bélico, un antes y un después. Con él, Steven Spielberg se sacudió a potentes manotazos la etiqueta de director “blando” (se ve que la gente no se acordaba que aterrorizó a medio mundo con “Tiburón”).



   No sería ni mucho menos su única aproximación a este periodo histórico. Eso si desde puntos de vista y enfoques muy diferentes. De hecho, 11 años antes ya había dirigido “El imperio del sol” (con un jovencísimo Christian Bale”, 5 antes deslumbró a crítica y público con esa obra maestra llamada “La lista de Schindler”. Más sus aportaciones en la producción en las dos incursiones de Clint Eastwood con “Banderas de nuestros padres” y “Cartas desde Iwo Jima”, y en la serie “Hermanos de sangre”.



   La película fue un rotundo e incontestable éxito. Prueba de ello fueron los 480 millones obtenidos en taquilla en respuesta a los 90 invertidos. Pero es que además fue nominada a los Oscars en 11 categorías, de las cuales consiguió 5 de ellas, los correspondientes a sonido, efectos sonoros, montaje, fotografía y director (el segundo de su carrera). Sin embargo, sorpresiva e incomprensiblemente, no ganó a la mejor película en favor de . . . ”Shakespeare in love” (osea me parto la caja).




   El film está inspirado, que no basado, muy libremente en un hecho real, concretamente el de los hermanos Neland, cuando se pensó que todos habían  muerto en batalla en la Segunda Guerra Mundial. Por cierto, cosa que finalmente fue un error. Y abría con el desembarco a Normandía por parte de las tropas aliadas, y específicamente en la playa de Omaha, donde tuvo lugar una de las más cruentas carnicerías de la historia bélica.



   Spielberg sacaba su librillo al servicio de su enorme talento para dar una clase de dirección, con igual capacidad para elaborar complejísimas secuencias de batalla (mucha cámara al hombro), momentos emotivos y un gran dramatismo. Comienza y termina de forma épica (todavía puedo escuchar los engranajes de los carros de combate y los silbidos de las balas de mortero). Su primera media hora es de lo más brutal e impactante que un servidor haya contemplado en un cine. Si es cierto, que los sensibleros prólogo y epílogo son innecesarios.



   Como siempre, Spielberg se presentaba con su habitual equipo de impecables. Es decir, Janusz Kaminski en la fotografía, por lo que fue premiado con la estatuilla, John Williams en la música, . . . etc. Pero es que en el reparto había de todo. Tom Hanks (nominado), Matt Damon, Tom Sizemore, Paul Giamatti, Edward Burns, Giovanni Ribisi, Ted Danson, Bryan Cranston e incluso Vin Diesel.




   Curiosamente, Terrence Malick regresaba tras 20 años de inactividad y lo hacía con una película también sobre la 2ª Guerra Mundial, y justo coincidía con la de Spielberg, que le pasaba por encima en los Oscars de 1998. Pero esa lo analizaremos en la siguiente entrega de este ciclo pues la considero también imprescindible.

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