domingo, 15 de abril de 2018

El sacrificio de un ciervo sagrado



   FICHA TÉCNICA

Película: El sacrificio de un ciervo sagrado.
Dirección: Yorgos Lanthimos.
País: Reino Unido.
Año: 2017.
Duración: 121 min.
Género: Thriller, drama.
Interpretación: Colin Farrell, Nicole Kidman, Barry Keoghan, Raffey Cassidy, Sunny Suljic, Alicia Silverstone, Bill Camp.
Guión: Yorgos Lanthimos, Efthymis Filippou.
Producción: Ed Guiney, Yorgos Lanthimos.
Fotografía: Thimios Bakatatakis.
Distribuidora: A24.

   CRÍTICA

   SINOPSIS: Un matrimonio vive felizmente con sus dos hijos. Cuando un chico al que tiene como protegido el padre le plantea un trágico dilema, toda esa felicidad corre el peligro de acabarse para siempre.
   LO MEJOR: Para que nadie se ande buscando ciervos por toda la película, es conveniente aclarar, y ésto no es spoiler sino información útil, que el título alude a la tragedia griega de la “Ilíada” de Homero. La diosa Artemisa pidió al rey de Micenas, Agamenón, el sacrificio de su hija Ifigenia, como compensación por haber matado un ciervo consagrado y a cambio de ésto, levantar el castigo de la peste y la falta de viento al ejército griego. Y sobre esta simbología y metáforas, ambos términos mencionados descaradamente en el guión de la película, gira toda la trama, sobre la dicotomía de dos ejes morales como la justicia-venganza y la responsabilidad-culpa, términos emparentados, pero no iguales. El también griego, Yorgos Lanthimos, vuelve a escarbar en los rincones la psique humana con una película fría (a veces exageradamente), extraña, incomoda y perturbadora a caballo entre el thriller de suspense, el drama y el terror, incluso con un toque sobrenatural (nunca explicado), que mantiene una constante intriga por la curiosidad de saber que es lo que realmente pasa. Se llega a sopesar la posibilidad de que todo sea psicológico. Pero de lo que verdaderamente habla es de la rotura de un equilibrio familiar, más aparente que auténtico. Es bastante interesante ver como saltan las costuras familiares ante la trágica decisión que se ven obligados a tomar. Como elucubrar sobre quien debería ser el sacrificado, como unas veces se ofrecen y otras se intentan salvar de la forma más mezquina.
   Interpretación: Sigue sin ser un actor santo de mi devoción, pero aprecio la voluntad de Colin Farrell de mostrarse en papeles dotados de complejidad dramática y lejanos de lo comercial. Nicole Kidman, como casi siempre, está prácticamente perfecta, llevando su interpretación al punto idóneo entre lo expresivo y lo sobreactuado. Pero quien me ha sorprendido enormemente, quien casi me ha helado la sangre, es Barry Keoghan, da verdadero miedo. Su natural frialdad es espeluznante. Alicia Silverstone tiene un pequeño papel, como su atractiva madre.
   Escena (spoiler): Parece una escena de insignificante relevancia, pero la conversación en la cena, donde se habla lo bonito que tiene el pelo el hijo para terminar diciendo que todos lo tienen bonito, pone de manifiesto la forzada armonía familiar. Pero considero el inicio del problema el intento de seducción de la madre del chico (Silverstone) a Colin Farrell. De alguna manera, Martin (Keoghan) le está dando la oportunidad de devolverle la figura paterna que le ha sido arrebatada. Pero el rechazo a su madre desencadena una especie de castigo bíblico sobre la familia, que comienza inmediatamente con la parálisis de piernas del niño. La secuencia de la cafetería donde Martin le explica que él ha matado a un miembro de su familia, su padre, tiene que matar a uno de la propia sino quiere que vayan muriendo todos, es escalofriante por su frialdad. No se quedan ahí las intenciones del chico que inquietan como las metáforas de los espaguetis (perdida) y el mordisco en el brazo (justicia). La parte de su secuestro les recordará a muchos a “Prisioneros”. Y claro, la ejecución final.
   LO PEOR: Estas películas suelen provocar un sentimiento de insatisfacción como poco, y uno de indignación como habitual, pues no dan respuesta a bastantes de las incógnitas que se van planteando y que son las que te han mantenido ahí. No hay explicaciones masticadas y si abiertas a interpretaciones. Y, por si fuera poco, su lentitud puede llegar a ser exasperante.
   CITAS: “Un cirujano nunca mata a un paciente. Un anestesiólogo puede matar a un paciente... pero un cirujano nunca puede”. “Como mataste a un miembro de mi familia, ahora debes de matar a un miembro de tu familia... para equilibrar las cosas, ¿entiendes?”. “Sólo tienes unos días para decidir a quién matar”. “No sé si lo que está pasando es justo, pero... es lo único que se me ocurre... que está cerca de la justicia”. “Nuestros dos hijos están muriendo en la otra habitación, pero sí, puedo hacerte puré de patatas mañana”.
   REFERENCIAS: Tanto la puesta en escena (simetría) como ciertos movimientos de cámara (avance por los pasillos) recuerdan poderosamente a Stanley Kubrick, especialmente en “El resplandor” y “Eyes wide shut”. Y también hay algo del “Funny games” de Michael Haneke.
   CONCLUSIÓN: 7. Extraño, incómodo y perturbador retrato de la familia a través de la metáfora con una tragedia griega.




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